Siempre he sido una chica buena.
Trabajo duro, sigo las reglas y siempre logro mis metas.
Pero a veces las chicas buenas quieren cosas que no son buenas para ellas.
O a alguien que no es bueno para ellas.
Como su nuevo jefe.
Y a veces hacen cosas muy malas para llamar su atención.
Como vender su virginidad en una subasta.
¿Quién sabría que él estaría tan, tan enojado?
Tal vez este no era el mejor plan…
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